No sé como
empezar, pues no sé en que momento empezó todo, así que bueno, creo que va algo
así:
Toda mi familia es relativamente flaca, nunca
nadie se ha preocupado de las comidas que consumen si de hacer deporte, ni del
peso ni las tallas, todos viven su mundo de “comer y no engordar”. Yo vivía en
ese mundo, comía de todo, amaba comer todo el día, no hacía mucho deporte,
prefería quedarme sentada en el living viendo una película y comiendo pan con queso.
Todo me quedaba bien, o al menos eso era lo que sentía, usaba petos y
minifaldas… todo era “feliz”… hasta que llego la adolescencia y salí de la
enseñanza básica y luego de perder a mi mejor amiga, y prepararme para entrar a
primero medio todo empezó a volverse complicado y empecé poco a poco a encerrándome en una burbuja impenetrable impidiendo que mis sentimientos salgan y que otros
me toquen.
No soy de
esas chicas que cuentan todo a sus amigas, yo solo soy de esas que tiene
confianza de solo una, y esa “mejor amiga" la perdí, por lo tanto me tragaba mis
sentimientos y los almacenaba muy en el fondo de mi.
En primero
empecé a engordar, comía mucho…(esto es asqueroso…) Tomaba dos veces desayuno,
una vez en mi casa y otra en la escuela, almorzaba todo, plato principal,
ensalada, postre y pan, al salir del liceo iba a una pastelería a comprar
berlines o calzones rotos, al llegar a mi casa tomaba leche con pan o cereales
con yogurt, y finalmente cenaba. Eso
era todo y para mi estaba bien, estaba, hasta que un día descubrí que me habían
salido estrías… mi mamá dijo que era por la falta de ejercicio así que empecé a
andar en bicicleta, todos los días salía a andar un poco, y así fue por un
largo tiempo.
Al cumplir
los 15 mas o menos empecé a ver que estaba gorda, empecé a sentirme mal conmigo, mi papá me empezó a decir que
estaba mas “gordita” y mi familia, mis tios y primos me lo decían igual, y empecé a mirarme al espejo con odio, empecé
a odiar aquel reflejo, odiaba mi pelo, mi nariz, mi pera, mi barriga, mi
cintura, mis piernas, mis brazos, ya no me gustaba nada de mi y no sabía que
hacer…
En aquel
momento empecé a crear un rechazo a la comida, ella me hacía engordar, y me odiaba,
empecé a controlar cada bocado que entraba en mi boca, siempre elegía lo que
menos calorías tenía, pero trataba de que no me vieran, que no me encontraran viéndole
el valor calórico a las cosas, pues mi familia no es de eso y por alguna forma
me avergonzaba, luego empecé a hacer ejercicio a escondidas, hacía abdominales
y sentadillas, era lo que menos ruido hacía ya que por desgracia vivo en una
casa pequeña y comparto mi pieza con mi hermana menor.
Y así se
volvió mi vida, de un tono gris y negro...
Ya no como en el liceo, solo desayuno en la mañana y es para
que mi mamá vea que como, en la tarde con suerte tomo leche y como lo que mi
mamá me sirve, invento escusas para dejar comida y no comérmela toda, salgo a
trotar cada vez que puedo y cuento cada caloría que entra en mi boca y cada caloría que gasto haciendo
ejercicio, nunca estoy del todo bien trato de ser fuerte la mayor parte del
tiempo, me gusta ir al liceo porque no como y porque me distraigo con mis
amigas, pero de pronto solo quiero salir corriendo encerrarme en el baño y
empezar a llorar.
Vivo en un contante cambio de humor, por lo general me siento hundida en un mar lleno de monstruos, trato de ser feliz, pero mi mente no me deja, me grita que estoy mal que soy un asco y, quizás
nunca seré la chica perfecta, nunca seré el orgullo de mi familia, nunca tendré
las cosas que quiero, quizás me decepcionaré de mi misma una y otra vez, y quizás nunca sabré como salir de esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario